febrero 21, 2009

Primera Clase

Cuando la turbulencia del despegue fue sofocada por la inminente toma de altitud del avión, Ignacia por fin respiró tranquila y acomodó su cuerpo esbelto sobre el acogedor asiento que le proporcionaba el ticket de primera clase que había adquirido hace unos mese atrás, aprovechando la temporada baja de las aerolíneas.

Despreocupada – ya que a sus costados sólo habían asientos vacíos – depositó su bolso de mano y sacó de su interior un pequeño libro de edición de bolsillo, cuyo título destacaba en enormes letras verdes: “Las salvajes Amazonas”.

Leyó un par de páginas y luego levantó su mano lo más alto que pudo, mientras que con la vista buscaba a la azafata encargada del carrito de los tragos y tentempiés. La mujer de figura excepcional se acercó a Ignacia y consultó qué es lo que la muchacha deseaba, a lo que ella respondió – mientras se deshacía de un enorme chaleco de lana, quedando sólo con una delgada sudadera blanca sin mangas que dejaba ver su sostén celeste, además de sus pezones erguidos por el aire acondicionado – que se le antojaba un poco de vodka con mucho hielo y unos maníes.

Mientras esperaba que la azafata preparara su pedido, Ignacia miró por la ventanilla y vio como el avión comenzaba a volar por encima de una región llena de enormes árboles que empezaban a formar toda una selva.

La azafata le ofreció el trago y los maníes y avanzó hacia adelante, ofreciendo diversas cosas a los pasajeros.

La joven leyó la siguiente página del libro mientras tomaba un sorbo considerable del vaso de vodka y engullía algunos maníes – que por lo salados le obligaban a beber más vodka -.

Así se mantuvo tranquila y ensimismada por unos segundo más, hasta que una inesperada turbulencia la sacó del libro y de sus pensamientos, esta turbulencia era mucho peor que la del despegue, y su corazón se encogió cuando vio que los letreros luminosos señalaban que debía ponerse el cinturones de seguridad.

Ató firmemente su cinturón alrededor de su cintura e intentó calmarse, pero no lo consiguió, ya que lo siguiente que vio fue que las mascarillas de oxígeno salían desde sus escotillas, mientras que, al unísono, comenzaban a sonar algunas alarmas entremezcladas con la voz del capitán.

Ignacia, luego de ponerse la mascarilla, no supo más de sí misma ni del avión; pero cuando despertó podía sentir aún su corazón latir con furia, sin embargo sabía que su cuerpo estaba intacto e ileso. Miró a su alrededor y vio espantada enormes arbustos y árboles de un verde magnífico que le tapaban la vista de las humaredas que producían los restos del fuselaje del avión.

Se levantó y sacó de su bolsillo una diminuta brújula que le indicó – de forma segura – la ubicación del norte. Tomó un poco de aire y exhaló los restos de vodka, dio un pasó y - de entre el suelo y todos los alrededores - empezaron a rodearla enormes mujeres de cuerpos esculturales y músculos definidos, que tenían peinados inverosímiles y maquillajes que le enfriaron la sangre.

Mientras las enormes mujeres desenvainaban sus armas y artefactos, Ignacia en un último trago amargo recordó: “Las salvajes Amazonas”.

3 comentarios:

Sagara dijo...

Y bueno, me pediste que te diera una opinión completa y acabada a si que me voy a ir la profunda analizando parte por parte.

En primer lugar: me encantan los nombres que les pones a tus cuentos, son geniales y siempre inspiran a pensar en algo que no tiene nada que ver con la historia que terminas contando, lo cual hace que tus cuentos sean más sorprendentes aún!

En segundo lugar: como siempre, excelentes descripciones. Me gusta mucho como vas dándole carne a la historia con pequeños detalles que grafican claramente el lugar donde suceden los hechos o las personalidades de los protagonistas. me encantó el detalle del maní y el vodka (al tiro pensé: loca cerda, merece morir jajajaja)

En tercer lugar: ¿Por qué los pezones tenían que llamar la atención? ya te pusiste machista pa los cuentos, acá te va un reto: haz un cuento describiendo un machote muy eroticón!!

En cuarto lugar: pobres protagonistas, a todos se les termina encogiendo el corazón en uno u otro punto de sus historias!! XD. Acá van dos retos: el primero: hacer un cuento que no tenga un final horrible!! (jajajaja, si sé que usted es un escritor de terror-suspenso, pero me encantaría verte en otros rumbos, apuesto que te quedaría genial) y el segundo reto: buscar nuevas formas de definir el horror que sufren los personajes cuando notan que su vida corre peligro XD

En quinto lugar: me hubiera gustado que detallaras un poco más el momento en el que Ignacia cae del avión y despierta. Es uno de los puntos claves del cuento y un párrafo corto desaprovecha el momento. Hubiera sido bueno darle algo más de detalles a ese punto de la historia (sobre todo porque tus cuentos suelen terminar de forma abrupta, entonces le da más sabor que el párrafo pre-climax tenga más detalles).

En sexto lugar: final notable, como siempre horrible y sin contar lo que le pasó a la pobre protagonista XD aunque debo reconocer que lo sospeché en cuento sacó el libro del bolsillo!! jajaja, debe ser por eso de que pensamos cosas parecidas y de que conozco demasiado tus cuentos. Eso me gusta mucho también, tu estilo se refleja en cada una de tus historias, sobre todo en los finales

En séptimo lugar: me parece genial la evolución que has tenido en este corto período de tiempo en el que te has dedicado a escribir en serio (tupido y parejo, como dirían por allí). Es poca la gente que es capaz de aprender tan rápido y mejorar sus trabajos aplicando redacción, gramática y ortografía (pa escribir despelotadaente, hay millones de facebookeros y fotologueros, no?)

En síntesis, estoy orgullosa de tí, y de haber participado en algo de tu crecimiento como escritor. Te amo mucho y te apoyaré siempre (I follow you)

tam

Sagara dijo...

y..............

feliz cumplemes!!!!

Anónimo dijo...

me gusto esta historia!!
aunq opino lo mismo que la carola..
pq el detalle del sosten y los pezones!!! y apoyo su reto de describir a un machoooomen jajajaja

cuidate muchoooo


ISA