septiembre 28, 2009

Diario

¡Click!

- Coordenadas: 41°53′24.8″N 12°29′32.3″E

Diario:

Son las 06:15 am.
He despertado esta mañana en medio de una densa y espesa bruma que llega casi a tocar suelo. El olor en el ambiente es desquiciante, tanto que, por momentos, prefiero no comer nada, ya que no puedo sentir sabor y mi estómago se aprieta en un nudo sordo que estruja mis entrañas. Solo llevo unas horas en este bosque de verde desgastado, y desearía no haber dormido en su transcurso. Los bichos y alimañas (casi infernales) han dejado marcas sobre mi cuerpo, que podrían ser permanentes. Por el momento espero que ninguna haya sido lo suficientemente ponzoñosa como para envenenarme antes de cumplir la misión y poder volver a casa.

Por ahora lo mejor será mantener el silencio…


…¡Click!

06:30
Nota: Aún espero entre matorrales, posicionado estratégicamente contra la dirección del viento. Estoy ansioso, hace cinco minutos los tambores tribales y alaridos ceremoniales me han alertado de la cercanía de los bárbaros.
He decidido dejar encendido el micrófono para intentar narrar lo que se avecina, mientras llevo a cabo mi misión.



Acabo de encender un tabaco, sacando cuentas sobre el salario que recibiré por cambiar la historia... Preguntándome por qué aún mi cabeza da vueltas después del viaje, ya debería de haber pasado.

Hay pasos detrás de mí, el corazón se me aprieta violentamente contra la garganta, estoy al borde de la asfixia, giro... Cambio inmediatamente de la angustia de la asfixia por la del infarto. Los bárbaros (hombres malolientes cubiertos de pieles) se encuentran por docenas ante mí, la bruma se disipa y estúpidamente, veo los muros de roma tras de mí: estuve todo el tiempo dando la espalda al 'enemigo'.

La desesperación agolpa mis venas, saco el gatillo de mi bolsillo, el fusil de asalto se materializa en mis manos, al mismo tiempo en que lo hace mi armadura digital.

Estoy frente a frente con el ejército rudimentario que superó a los romanos... Escupo lo que queda del cigarrillo, les sonrío y disparo… Un cuarto del ejército desaparece ante el estallido de positrones que descargué... Ahora el lunático de mi jefe (en el futuro) podrá ver que hubiese pasado si Roma nunca hubiese caído...

Diario, anota la bitácora... Volvemos al futuro.

1 comentarios:

Carola dijo...

vivaaaaaaaaaaa

la vuelta a las canchas de mi escritor favorito!!

ruego a los dioses que te deb mas tiempo pa escribir y des-estanques tus proyectos literarios! cuenta conmigo para todo, ahora y siempre. te aaaaaaamoooo diezmil